Camino Interior: requisito inicial.
El peregrino necesita ojos y corazón de hombre simbólico, sagrado. Ojos de El Principito para ver que lo esencial es invisible a los ojos; para percibir que la cambiante y efímera realidad de este lado es lo no real; que la pura realidad es la que está al otro lado y cuya percepción provoca la fascinación del estremecimiento. Son imprescindibles esos ojos en el Camino a Santiago. Lo más imprescindible en la mochila.
Con esos ojos nuevos, que irán ganando lucidez día tras día, puedes cambiar la perspectiva: no eres tú el que va a meterse en el Camino, es el Camino quien va a entrar en ti. El es quien va a marcar el ritmo, te va a llevar en un indefectible itinerario hacia lo más consciente de tu propio interior.
Ten en cuenta, si piensas salir acaso antes de amanecer, que por la mañana no se verá, y probablemente no te encuentres con alquien que te pueda informar, por lo que es interesante te enteres perfectamente del camino a seguir.
Si lo haces así, aprovecharás mejor tu tiempo y no perderás nada de lo que consideres interesante.
Cercioráte de que tendrás un bar o una tienda donde poder comer o comprar comida, de si hay fuentes o hace falta llenar la cantimplora, si necesitas acudir a un banco o caja, etc.
Procura improvisar en lo que realmente merece la pena, pero que no tengas que lamentarte por no haber leído qué era lo más interesante que podías hacer o ver ese día.
El peregrino necesita ojos y corazón de hombre simbólico, sagrado. Ojos de El Principito para ver que lo esencial es invisible a los ojos; para percibir que la cambiante y efímera realidad de este lado es lo no real; que la pura realidad es la que está al otro lado y cuya percepción provoca la fascinación del estremecimiento. Son imprescindibles esos ojos en el Camino a Santiago. Lo más imprescindible en la mochila.
Con esos ojos nuevos, que irán ganando lucidez día tras día, puedes cambiar la perspectiva: no eres tú el que va a meterse en el Camino, es el Camino quien va a entrar en ti. El es quien va a marcar el ritmo, te va a llevar en un indefectible itinerario hacia lo más consciente de tu propio interior.
Cada día, antes de partir...
Es conveniente que leas detenidamente la guía que portas, y te informes de todo lo que puedas ver en la etapa prevista, incluso teniendo en cuenta posibles modificaciones.Ten en cuenta, si piensas salir acaso antes de amanecer, que por la mañana no se verá, y probablemente no te encuentres con alquien que te pueda informar, por lo que es interesante te enteres perfectamente del camino a seguir.
Si lo haces así, aprovecharás mejor tu tiempo y no perderás nada de lo que consideres interesante.
Cercioráte de que tendrás un bar o una tienda donde poder comer o comprar comida, de si hay fuentes o hace falta llenar la cantimplora, si necesitas acudir a un banco o caja, etc.
Procura improvisar en lo que realmente merece la pena, pero que no tengas que lamentarte por no haber leído qué era lo más interesante que podías hacer o ver ese día.
Técnicas para caminar
Si tenemos costumbre, sobran los comentarios, pero para quien no la tenga, le indicamos que es conveniente, por supuesto dependiendo de múltiples factores (edad, peso corporal, de la mochila, etc.) empezar suavemente, nunca con prisas, hasta que el cuerpo se caliente. Cuando se acelere, con marcha regular y continua, dentro de lo posible, con paso suave y rítmico.También es conveniente antes de empezar a andar, realizar algunos estiramientos, especialmente de las piernas, colocándonos con las manos contra la pared, e ir apoyando paulatinamente toda la planta de los pies, hasta notar una cierta tensión detrás de las rodillas, a medida que el cuerpo se va acercando al suelo.
Es muy posible que el propio Camino nos obligue a realizar paradas muy frecuentes, para ver algún monumento o iglesia, realizar cualquier pregunta, sacar alguna foto, etc., pero, en principio, deberíamos descansar cuando menos diez minutos cada hora o dos horas, o más si fuera necesario. No obstante, el mismo cuerpo, la climatología o cualquier otra circunstancia, nos lo indicará o pedirá.
Mientras se camina hay que mantener siempre un paso que nos resulte cómodo, que nos permita sin ningún tipo de esfuerzo poder mantener una conversación. Caminar tiene que llegar a ser tan natural como respirar, que lo hagamos sin darnos cuenta.
En terreno llano, vayamos con nuestro paso normal, ni demasiado largo ni demasiado corto; en las subidas, puesto que no tenemos prisa, con más corto y lento, acaso aflojándonos el cinturón de la mochila para poder respirar mejor, y apoyando el pie con la totalidad de la planta en el suelo, para evitar sobrecargar determinadas zonas.
En las bajadas y siempre que el piso nos lo permita, con paso largo y rápido, clavando bien los tacones y quizás apretando un poco más la mochila a la cintura para que nos descansen los hombros.
Terminaremos dando sobre un millón de pasos, pero no tenemos que descuidar ninguno y ver dónde ponemos el pie; un solo paso mal dado nos puede obligar a retirarnos; por tanto, especialmente cuando vayamos por terrenos accidentados, de piedra suelta o guijarro, deberemos estar atentos al pisar.
Por supuesto, si vamos en compañía de alguien que tenga el paso más rápido, no debemos tratar de seguir su ritmo, pues en sólo unas horas, nos puede dejar destrozados; será conveniente, por tanto, que el que mas ande, se coloque el último y no marque el ritmo.
Es conveniente ayudarse tanto en las subidas como en las bajadas con el bordón, que, además, hace menos monótono el andar
.http://www.caminosantiago.org/cpperegrino/consejos/tecnicacaminar.asp
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