jueves, 21 de junio de 2018

Cuarta jornada:de Negreira a Oliveroa




El despertador suena antes que nunca, a las cinco y media. Hay que hacer frente a una larga caminata ...de 32 kilómetros, y sobre todo, hay que huir del calor.
Pocas son las fotos conseguidas hoy, el cansancio tiene mucho que ver.
Desde el amanecer nos acompañan los maizales y los hórreos por doquier, las vacas y los aromas propios de estas tierras. Ya entendemos por qué está tan buena la ternera gallega, y la tortilla de patata hecha con huevos de la zona.

Hay que hacer de todo en los albergues, colaborar en la cocina,



 lavar y tender...charlar...en una tarde ya muy relajada.

En el Camino da tiempo a todo, incluso a comprar empanadas gallegas hechas con pan de maíz, de As Morañas, de bacalao, de  atún. 
Y da tiempo a descansar, a reirse y a saludar a los que con una sonrisa te dejan regarte con la manguera de su patio. Y a hacer, como todos los días su dibujo a Pedro.
Un baño de pies en el río, lo mejor.

Mañana nos acercamos a la costa, en una jornada más ligera.
Seguimos en buen Camino.


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