viernes, 22 de junio de 2018

Quinta jornada: hasta Cee, Galicia con los cinco sentidos

Esta calurosa jornada ha servido a los caminantes para degustar Galicia con los cinco sentidos.
Cambiaba el paisaje según nos acercamos al mar,  robles por pinos ...y los inevitables eucaliptus.
Suaves lomas y el único sonido de los pájaros que iban despertando, el ruido apagado de los pasos, a veces crujiente por las hojas de pino, y las conversaciones pausadas de los peregrinos.
El olor a pino, a humedad, iba ganado, para al final convertirse en olor a mar. A ratos mezclado con los aromas de eucaliptos.
El sentido del tacto se apropiaba de la piel, con esa sensación pegajosa que deja la húmeda Galicia, y las rozaduras, muchas, que los caminantes van acumulando en sus pies. Recordad una frase del Camino: llevo más ampollas que recuerdos.
Nos falta la vista, la que mas se recrea en el Camino, con sus múltiples tonos de verde, desde los prados, los pinos y eucaliptos, los maizales, el color de la piedra de los numerosos hórreos, y por fin, el color del mar, como premio a nuestro esfuerzo.
Y el gusto, todos los sabores que saben a tierra gallega, la ternera, el pescado, y el pulpo, ahh...el pulpo.

Hoy , recorrido largo, ha dado tiempo a todo, guerras de agua en la fuente, ira a la playa, y recorrer el pueblo de Cee, que se abre al mar.

Mañana nos espera el fin del mundo para los romanos, Fisterra, y llegamos en la noche más larga de año. Nuestro deseo será que el Camino, el de cada uno, sea feliz y completo.













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