Recibimos las primeras noticias de nuestras intrépidas caminantes en palabras de Ana Palacios:
Disfrutando Navarra a tope, con
un tiempo que nos sonríe y apenas un par de ampollas en total.
Descubriendo Roncesvalles en
medio de Pirineos absolutamente verde. Nos esperaba el albergue, (tras
numerosísimas horas de autobús), un antiguo hospital del siglo XIII, en el que
la luz se apagaba a las 10 y a las seis
nos despertaba la Primavera
de Vivaldi. Un sitio encantador, hospitalario y tranquilo que aún nos reservaba
la sorpresa de la
Colegiata. Creyentes de todas las lenguas posibles y unas
vidrieras medievales que, en medio de los cánticos en latín, nos han
estremecido.
Primera jornada de caminata para llegar a Zubiri, a través de bosques de hayas, de boj, de helechos, que recuerdan el ambiente de brujería que las leyendas atribuyen a Navarra. Y es que estamos haciendo parte de
Nos acoge Zubiri con su Puente de
la Rabia sobre
el Arga, de aguas gélidas que curan los doloridos pies de los caminantes.
Se oyen las risas de los que se atreven a meter los pies y el silencio de los que, cuaderno en mano, pintan a la acuarela los paisajes del lugar.
Una breve crónica de nuestras
primeras experiencias en El Camino, siempre diferente y siempre gratificante.
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