Salimos de Marinhas, como siempre al amanecer, con la ventaja de una hora menos que España. Entre bosques llegamos al rio Neiva, espectacular, y el dia nos premia con la subida a Viana do Castelo, mas bien al albergue de Santa Lucia, al lado del gran monasterio. Se domina el mar...casi sientes que el mundo, y el atardecer es un regalo durante el descanso.
Nuestros caminantes cumplen las expectativas del Camino, llenandolo de música y buenas caras.
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