El ritmo fue rápido, el paso alegre, y el calor sofocante. Todo acompañaba.
Los caminantes conocidos iban apareciendo: las alemanas, Joshik el japonés, los del colegio de los salesianos....un montón de amigos que el camino había hecho coincidir.
El Monte del Gozo
Monte do Gozo |
Ya se veía a lo lejos, y las voces de nuestras peregrinas eran cada vez más animosas. El himno del cole se oía por las calles de Santiago, ensayándolo para la entrada triunfal.
Después de 150 kilómetros, tras más de 200.000 pasos, y siete días, llegaron nuestras peregrinas y sus profes a la Plaza del Obradoiro, entre cánticos y alguna que otra lagrimilla de "la jefa".
En la Plaza del Obradoiro, por fin. |
Los profes |
El grupo de Loreto en la Puerta de Platerías. |
Comida en Casa Manolo, para reponer fuerzas. |
Una vez allí, ya no había más prisa que la de reponer fuerzas, hidratarse, y hasta dio tiempo para alguna clase de arte y arquitectura.
Pero no se queda el Camino en Santiago, no se queda en la misa del peregrino a la que acudimos emocionados de ver el famoso Botafumeiro en marcha. No se quedó en Santiago el camino.
Nos acompaña a cada uno de nosotros a casa, con sus horas de paz por los bosques gallegos, de alegría entre los peregrinos, de esfuerzo por continuar a pesar del cansancio y las ampollas, de solidaridad entre todos los que caminaban en la misma dirección. Nos llevamos también las pocas cosas materiales que se necesitan en el día a día, y la necesidad que tenemos de otras que cada uno , en su fuero interno, hemos encontrado en este nuestro I Camino a Santiago para llevarnos a casa.
BUEN CAMINO
Qué emocionante.
ResponderEliminarFelicidades y gracias por habernos permitido seguir vuestra experiencia.
Qué gente tan extraordinaria.