Seguir el camino, tras dormir en el suelo del colegio de Tapia, que amablemente nos cedió el Ayuntamiento.
El horizonte no indica una meta, ni un final, sólo es parte del camino. Ese camino no es únicamente una metáfora -que también lo es-, es en verdad la constatación real y literal de que lo importante no es el final del trayecto, sino el viaje en sí mismo. Aquí nadie se queda atrás; cada uno realiza su viaje personal.
Nuestros caminantes han ido en esta jornada de Tapia de Casariego a Ribadeo, una jornada con menos kilómetros y, según nos cuentan, sol mañanero. una jornada larga, y llena de trayectos de lo más diverso: a pie, en barco, y en el pequeño tren FEVE.
Han cruzado la ría del Eo a la antigua usanza, por medio de una pequeña barca que los deja entrar ya en tierras gallegas.
Ribadeo es una villa señorial.
Desde ella se disponen a visitar la famosa playa de La Catedrales, ayudados de otro medio de transporte, el FEVE, un pequeño y nostálgico tren de vía estrecha que recorre la costa asturiana al completo, uniendo Oviedo y Ferrol.
Compartiendo mesa, mantel y un estupendo arroz en Rinlo, en la Cofradía de pescadores.
Hay que seguir caminando, para llegar a la Playa de las Catedrales. El día no se ha acabado.
Ahí los tenemos, llegando.... y les espera con marea baja, una magnífica playa.
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| Hay tiempo para todo, hasta para pintar. |
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| Lucía fue la única valiente... |
Y dispuestos a continuar avanzando ...terminando el día tan largo y completo con la puesta de sol desde la estación del FEVE
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