ETAPA REINA: DE RIBADEO A MONDOÑEDO
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Los hórreos gallegos fueron un paisaje constante en nuestro horizonte, al atravesar las aldeas . |
Nuestros peregrinos afrontaban hoy la etapa más dura del camino de este año, tras un día más descansado, Ana nos cuenta sus impresiones:
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La mañana amanece con nieblas, muy propias de tierras gallegas, en las que ya nos encontramos. |
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Algún caminante ya tiene que recurrir al "look guiri", sandalias con calcetines. |
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Los cementerios gallegos fueron una constante a lo largo del camino,, con su perfil característico. |
La etapa que nos metía en el interior de Galicia y nos separaba del mar se convirtió en la etapa reina, por la distancia a cubrir, 36 kilómetros, eso sí, los últimos 12 opcionales.
Gracias a Javier, que nos ha visitado tres días y ha hecho de coche escoba para posibles lesiones y cansancios infinitos. Hoy le hemos despedido, por lo que ya nos valemos por nosotros mismos.
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Parada en Lourenzá , con fuente incluida. |
La etapa fue larga, dura y, afortunadamente, con un tiempo del norte, 18 grados, y nubes que nos protegían del sol.
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Bosques de eucaliptos, demasiado frecuentes, con un ambiente seco. |
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Los paisajes gallegos, con sus habitantes, se repiten en todos los caminos. |
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Ya queda menos para Mondoñedo...uf,,cunde el desánimo en alguno/a caminante.
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Tuvimos que alternar muchos tramos de asfalto, que recalientan los pies y los ánimos. |
Según Ana Moreno no hay palabras para describir tanto dolor. Pero Ignacio y algún chico más se decepcionaron porque esperaban que fuera más dura. Así que hay peregrinos para todos los gustos.
Dos o tres paradas para reunirse y descansar, para mimarse los pies y para tomar un refresco. Esperaba Mondoñedo, muy a lo lejos, parecía no llegar nunca, pero sí. La hospedería de Santa Catalina, antiguo seminario de la ciudad, nos hospedó entre sus muros del siglo XVIII.
En Mondoñedo mucho que ver: una plaza verdaderamente hermosa, la casa de Álvaro Cunqueiro, la catedral, el barrio de Los Molinos...La fuente Bella
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En las paradas da tiempo a recuperar fuerzas (hay quien no olvidará las raciones de callos de Mondoñedo) y a pasear, y a pintar. Dibujo de Pedro V. |
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La Catedral de M
ondoñedo |
Y a descansar para la siguiente etapa, más corta, eso sí. Con pies doloridos, alguna tendinitis, piernas molidas, muchas ampollas... todo ello curado con mucho mimo y con la ayuda de Julio.
Magníficos paisajes de una Galicia poco conocida y que llena los ojos de verdor. Tiempo de caminar y de ir charlando tranquilamente.
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Escultura frente a la catedral de Álvaro Cunqueiro (fuente: Wikipedia) |
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Imagen nocturna del monumento homenaje al escritor Álvaro Cunqueiro.
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